El corazón ha sufrido de todo tipo de calumnias. Se le asoció erróneamente con las emociones. Se le ha nombrado abanderado del amor romántico. La moral ha hablado en su nombre. La ciencia le ha reducido a máquina. Se le ha tachado de blando e ingenuo. El cerebro se apoderó de su reinado. Se menospreció su inteligencia, desterrándolo de las grandes decisiones. Cuántos discursos se le han atribuido. De cuántos crímenes pasionales se le ha responsabilizado. Se dice que es autor de falsas obras compasivas, de dudosa procedencia.
Al corazón, su reputación poco le importa.
Su latido se impone a las necedades.
Gran oscilador, emite la verdad con su frecuencia.
Maestro de orquesta, nos muestra que tan afinada está la sinfonía.
Nos señala el camino con su pulso.
Sabe como nadie, del dar y recibir.
Se acompasa con el todo,
enseñándonos de la verdadera compasión.
Guardián de grandes secretos,
... que se revelan a quién se atreva a cruzar el umbral.
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