Soy un sistema humano.
Mis células se agrupan para conformar tejidos. Mis tejidos forman órganos, que a su vez se organizan para crear sistemas con funciones diferentes. Sistema nervioso, endocrino, digestivo, óseo y tantos otros. Si estos sistemas no cooperan entre sí, mi cuerpo falla.
Opero con un sistema de creencias que influye en cómo mis células actúan. Mi sistema de creencias obtiene información de mi entorno, pero también de las memorias que guarda mi ADN y que me dan instrucciones de cómo sobrevivir.
Cuando nos unimos varios sistemas vivos, formamos ecosistemas. Y si varios humanos unimos nuestras ideas y principios, formamos sistemas sociales. Muchos tipos de sistemas para organizarnos como sociedad. Sistemas de salud, de educación, económicos y políticos. Sistemas familiares. Sistemas informáticos. Muchos tipos.
Soy El Sistema. El sistema no es una entidad ajena a mi.
Soy parte indispensable de los sistemas en los que vivo. Soy co-creadora de esos sistemas.
No puedo “salirme del Sistema”. Puedo eso sí, transformarlo.
Pero primero he de comprender que a donde yo vaya, llevaré el sistema que soy conmigo. Y seguiré creando sistemas con la información que tengo en mis células. Información consciente e inconsciente. Es decir que mucha de esta información no la reconozco. No sé que la tengo en mi.
Puedo irme a la montaña, al desierto, a un terreno baldío o a una playa inhóspita con intención de empezar de cero. Nada será muy distinto.
Puedo crear mundos ideales en el papel. Hacer justicia en documentos. Firmar la paz en tratados. Diseñar sistemas utópicos con gran inteligencia. Escribir críticas al sistema vigente. Ser activista en grandiosos preceptos. Negociar acuerdos en búsqueda del balance. Pero si el sistema que soy sigue operando de la misma manera, repetiré las mismas escenas.
Pero ¡Atención! me digo de vez en vez. Cambiar el mundo es una inútil empresa. Yo soy el sistema. Es verdad. Pero eso no significa que lo demás no exista como tal y todo sea un vil reflejo de mi pequeña consciencia. Los otros no son sólo mi espejo. No soy la causa de lo que ocurre a mi alrededor.
Yo soy un sistema, que es parte de muchos sistemas. Un entramado de sistemas de gran inteligencia.
Lo que es adentro, es afuera. Cuando en mi interior una nueva consciencia emerge, un nuevo mundo resplandece.
Lo que es afuera, es adentro. Cuando hago ajustes en mi entorno con la delicadeza de un artesano, mis células resuenan y somos sinfonía.
No hay separación, a fin de cuentas. Las partículas subatómicas que me hacen YO, y las que conforman el mundo, están siempre en comunicación,
Soy parte, así no lo quiera. Participar no es opcional. Siempre estoy participando, siendo lo que soy, toda completa.
A dónde vaya, me llevo. No hay escapatoria. Impacto el entorno y el entorno me impacta. Y si en esa inevitable danza soy consciente de esa dinámica, entonces puede decirse que entendí la magia.
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Formación Visionarios del nuevo paradigma
Tema 1: ¿Que es el nuevo paradigma de la consciencia de unidad?
Tema 6: Los sistemas en el nuevo paradigma.
Iniciamos el 24 de septiembre. Escríbeme si te interesa unirte.
***Dibujo: Regalo de grado de la Maestría la Vía del Corazon. Autora: Clare Weiskopf
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